No encontramos en la Biblia una respuesta directa a estas interrogantes, pero si encontramos abundantes
verdades bíblicas que dejan claro que NO puede ser poseído un verdadero creyente. Es imposible que uno o más demonios tengan control directo y total de los
pensamientos y/o acciones de un verdadero creyente; no solo es aberrante e improbable, sino bíblicamente imposible. Pasajes como Mateo 17:14,
Lucas 4:33 y Lucas 8:27 describen casos de posesión demoníaca pero jamás en toda la Biblia aparece un verdadero creyente
poseído, ni cristianos “echando fuera demonios” de otros cristianos. Cuando leemos sobre Cristo y los apóstoles echando fuera a demonios, SIEMPRE LO HACÍAN A PERSONAS NO CREYENTES.
Ahora bien, no
es lo mismo ser poseído, que ser oprimido e influenciado. Un verdadero creyente sí puede ser oprimido por los demonios, si Dios Soberano lo permite (como en el caso de Job). Pero siempre limitará el alcance y duración de la opresión, y servirá para cumplir sus propósitos eternos y buenos (ver como ejemplo el caso de Pedro siendo zarandeado "como trigo" pero Cristo intercedía por él). En la opresión puede haber un ataque espiritual sobre la persona, que puede afectar sus pensamientos y su conducta, y ésta puede ser probada, afligida e incluso animada o impulsada a pecar de cierta forma. En todo caso, la solución no es una "liberación" del creyente oprimido (no vemos a Job reprendiendo ni cancelando ninguna maldición), sino el sometimiento obediente a la Palabra de Dios, humillarnos ante Él por la prueba que ha permitido, descansando en el sacrificio y la Sangre del Cordero y confiando en el Señor y en su Palabra, como lo hizo Job.
¿GUERRA ESPIRITUAL?
En la
Biblia hay pasajes que tratan acerca de la guerra espiritual de los creyentes,
como Efesios 6:10-18, 1ª Pedro 5:8-9 y Santiago 4:7 pero nunca se nos indica
que debemos hacer “liberaciones” a los cristianos. Más bien se nos instruye que le
resistamos, que estemos firmes contra sus asechanzas y que nos pongamos la
armadura de Dios. Dicha armadura gira totalmente en torno al evangelio: ¡La
verdad, la justicia de Cristo, el evangelio de la paz, la fe y la salvación!
¡LA VERDADERA LIBERACIÓN DEL PODER DEL DIABLO Y DEL PECADO ESTÁ EN EL EVANGELIO
DE JESUCRISTO! Vea por favor ROMANOS 1:16 y COLOSENSES 1:13.
Cuando
el creyente recibe el don de arrepentimiento y la fe para creer, entonces es justificado
en Cristo, adoptado como hijo de Dios y sellado con el Espíritu Santo. Esto
significa que es marcado como propiedad de Dios, lavado con la sangre del
cordero, y habitado por el Espíritu Santo (ver por favor 1ª Corintios 3:16, 6:19, Romanos
8:9-11). Es imposible que cohabiten los demonios donde habita el Espíritu Santo
de Dios.
Es
impensable que un hijo de Dios comprado con la sangre de Cristo (1ª Pedro
1:18-19), hecho nueva criatura (2ª Corintios 5:17) pueda ser controlado por los
demonios. 1ª de Juan 2:13 y 4:4 dice que hemos vencido al maligno y al mundo
PORQUE MAYOR ES EL QUE ESTÁ EN NOSOTROS.
Lo
que sí puede darse es que una persona no sea verdaderamente convertida al
Señor, sino que asiste a la iglesia y parece comportarse como creyente, pero no
lo es. Ver Mateo 12:43-45. Esta persona NO es habitada por el Espíritu Santo, y
puede llegar a ser poseída y dominada por el poder de las tinieblas. Esto nos
debe llevar a cuestionar la conversión de algunas personas, pero no la Biblia.
También puede haber
personas creyentes pero que padecen trastornos psicológicos o psiquiátricos y
necesitan ayuda médica más que espiritual. Pero estos últimos no están poseídos
sino químicamente desbalanceados necesitados de atención profesional. El pastor
o consejero deberá determinar (con mucha oración y quizá varias sesiones de
consejería) si la persona es creyente y confiesa a Jesucristo como su salvador,
para referirlo a un profesional médico; o si se trata de un falso creyente que
exhibe evidencias de una verdadera influencia demoníaca.
En
todo caso, la respuesta a la influencia demoníaca, opresión, hostigamiento y
hasta la posesión a inconversos sigue siendo EL EVANGELIO DE JESUCRISTO.
BÍBLICAMENTE EL ÚNICO
MINISTERIO DE LA IGLESIA ES HACER DISCÍPULOS MEDIANTE LA PREDICACIÓN DEL
EVANGELIO, EDIFICÁNDOLES MEDIANTE EL DISCIPULADO, LOS SACRAMENTOS, LOS MEDIOS
DE GRACIA Y EL SERVICIO A DIOS.
¿DESEA UN
MINISTERIO QUE LIBERE A LAS PERSONAS DE SATANÁS, DEL PECADO Y DE LA MUERTE?
PREDIQUE A CRISTO. Ver 2ª Timoteo 2:24-26.
ERRORES Y PELIGROS DEL “MINISTERIO DE LIBERACIÓN”
Su
enfoque es echar fuera demonios o espíritus para resolver problemas asociados
con ellos. Por ejemplo un “ministro de liberación” puede intentar ayudar a
alguien con problemas de enojo, echando fuera al “espíritu de enojo e ira”.
También puede intentar “romper cadenas generacionales de ira”, “romper ataduras
espirituales”, “maldiciones ancestrales”, etc.
El
problema es que los creyentes que batallan con su carne, y son animados a
despojarse del viejo hombre, renovar su mente y vestirse del nuevo, ahora ya no
tienen que reconocer sus faltas con arrepentimiento y humildad; le pueden echar
la culpa a “un espíritu” y reprenderlo. La Biblia no instruye al creyente que
“se deje ministrar” ni que vaya a una “sesión de liberación”, sino que ANDE EN
EL ESPÍRITU DIARIAMENTE, QUE SEA LLENO DE ÉL, Y QUE NO SE CONFORME A ESTE
SIGLO. QUE RECONOZCA SUS PECADOS CON HUMILDAD Y REPOSE EN EL PODER Y LA GRACIA
DE DIOS PARA LIBERARLO DE SUS CADENAS.
Otro
problema con este “ministerio de liberación” es que la Biblia no dice nada
acerca de dicho ministerio para la iglesia, fuera de la proclamación del
evangelio y el discipulado, que son la verdadera y única liberación. Efesios
4:11 menciona los ministerios u oficios de la iglesia y en ninguno aparece
“liberador” ni nada similar.
¿La enfermedad producto de actividad demoníaca?
No hay duda que los demonios pueden enfermar y matar; pero nuevamente JAMÁS podrán tocar a un creyente, si el Señor no se los permite. Y cuando les permite, los limita y lo hace con un propósito bueno y salvífico. La Biblia dice en Santiago 5:14 que la verdadera causa de enfermedad es el pecado, y que la oración de fe de los ancianos le sanará, siendo perdonados sus pecados.
Es
cierto que en los evangelios aparecen Jesús y sus apóstoles echando fuera
demonios, pero en ninguna de las porciones de enseñanza de la Biblia (desde
Romanos hasta Judas) se menciona que este sea un oficio de los creyentes y la
iglesia en general. Fue algo específico de Cristo y sus apóstoles. No vemos en
estas porciones de enseñanza eclesial un ministerio de liberación, ni un método
distinto a la proclamación del evangelio. De hecho, cuando se menciona
actividad demoníaca, se propone la verdad del evangelio como única manera de
liberar las almas del poder de las tinieblas. (Favor leer Efesios 2:1-20).
La
Biblia claramente expresa que Satanás y sus demonios son seres creados,
finitos, con poder y libertad limitadas por el Dios soberano, y que sin darse
cuenta cumplen los propósitos de Dios. Cuando él les da permiso de tocar a uno
de sus hijos, los limita (Job) y lo hace para cumplir sus propósitos de
santificación y llamado en sus hijos (Pedro).
SI
QUEREMOS QUE LOS CREYENTES MADUREN EN CRISTO, NO LES DEBEMOS ENSEÑAR A EVADIR SU RESPONSABILIDAD PECAMINOSA, ECHANDO LA CULPA DE TODO AL DIABLO. Deben confesar sus errores y defectos carnales con humildad. La Biblia dice en 1ª Juan 1:8 al 2:3 que el creyente debe reconocer (y
no negar) sus pecados, confesarlos a Dios y pedir perdón con arrepentimiento y
humildad. Y Dios le perdonará y limpiará.
¿Entonces no hay influencia ni
opresión demoníaca en los creyentes? Sí la hay, pero la respuesta no es una sesión de
liberación, sino la llenura diaria del Espíritu y la Santificación por el
Espíritu y los Medios de Gracia.
UNA EXPLICACIÓN DE MARCOS 16:17 "Y estas señales seguirán a los que creen..."
El
pasaje de Marcos 16:9-20 es considerado por los estudiosos como un “texto
espurio”, es decir, que no se encuentra en los manuscritos originales, antiguos
y confiables del siglo IV. Al parecer, su añadidura a la traducción bíblica es
un esfuerzo de dar un final al evangelio de Marcos, pero se da hasta el siglo
XIV. Hay abundante evidencia exegética que este pasaje no concuerda con el
resto del libro. Ejemplos: La transición entre versículos 8 y 9 es abrupta; la
palabra “habiendo” del 9 debería ser una continuación del versículo 8, sin
embargo, no continúa con el relato de las mujeres. El participio “resucitado”
debería concordar con el sujeto del versículo 8 “las mujeres” y no es así. A
María Magdalena se le introduce como si fuera primera vez, habiéndola
previamente mencionado cuatro veces en los capítulos anteriores. Además abundan
palabras griegas en este pasaje que no son utilizadas en lo absoluto en el
resto del libro de Marcos.
Siendo
un texto espurio, no debe descartarse como parte de la Palabra inspirada de
Dios, pero no se puede extraer doctrina de él,
sin tomar en cuenta otros pasajes paralelos. En
este sentido, la gran comisión descrita en Mateo 28:18-20 no habla de echar
fuera demonios sino de hacer discípulos de Cristo, bautizándoles en el nombre
del Dios trino y enseñándoles a guardar la Palabra. Podemos interpretar
“echarán fuera demonios” de Marcos, como “id y haced discípulos, bautizándoles
y enseñándoles” de Mateo; es decir, la proclamación del evangelio que libera
del poder de las tinieblas.
Estas señales mencionadas en el
versículo 17 son prometidas a la comunidad apostólica (Mateo 10:1, 2ª Corintios
12:12) y no a todos los creyentes de todas las épocas (1ª Corintios 12:29-30).
Todas estas señales fueron experimentadas por la iglesia apostólica y
reportadas en las Escrituras (Hechos 28:5) más no después (Marcos 16:20).
En todo caso, cuando habla de “echar
fuera demonios”, no se refiere a echarlos de los creyentes; sino que “los que
creen” echarán fuera demonios de los inconversos.
CONCLUSIÓN
Satanás y los demonios si existen, son reales enemigos de nuestras almas. Pero debemos recordar que ya fueron vencidos por Jesucristo en la cruz del calvario, y no pueden tocar las almas ni los cuerpos de los cristianos, si el Dios Soberano no se lo permite. Por lo tanto, pongámonos toda la armadura de Dios, seamos llenos del Espíritu y resistamos al diablo estando firmes en la fe. Sobre todas las cosas, prediquemos el evangelio, que es PODER de Dios para salvar y liberar a las almas que están cautivas por Satanás. Hagamos discípulos que sean llenos del Espíritu, que busquen su santificación y planten iglesias, pues este es el verdadero ministerio de liberación y nuestro llamado en la Biblia.