Monday, February 20, 2017

AMO A DIOS, PERO ODIO A MI VECINO

"El que dice que está en la luz, y aborrece a su hermano, está todavía en tinieblas. El que ama a su hermano, permanece en la luz, y en él no hay tropiezo. Pero el que aborrece a su hermano está en tinieblas, y anda en tinieblas, y no sabe a dónde va, porque las tinieblas le han cegado los ojos." (1ª Juan 2:9-11)

El amor humano es frágil y cambiante. El hombre promete amor, pero luego falla. Por sí mismo, su corazón traicionero es incapaz de amar verdaderamente. Esto es verdad tanto para amar a Dios, como para amar al prójimo; sin embargo, la Biblia nos dice que el amor consiste en que Dios nos amó primero, enviando a Jesús por nosotros. (Ver 1ª Juan 4:10, Romanos 5:8, Juan 3:16).

Ahora su eterno amor se está perfeccionando en nosotros, habilitándonos para que amemos al prójimo y a Dios como respuesta a su bondad. Dios quiere que los cristianos aprendamos a amar como Él nos ha amado. En 1ª de Juan se nos dan 4 indicadores para saber qué tanto amamos al Señor. Lo valioso de estos indicadores es que no solo sirven de
“termómetro” para nuestra relación con Dios; sino también nos ofrecen un camino para crecer espiritualmente en el
amor del Señor.

La semana pasada vimos los primeros dos indicadores: 1) Andar en luz (1ª Juan 1:6-9), lo cual significa vivir sin pecado oculto, acercándonos constantemente al trono de la gracia, confesando al Señor nuestras faltas y recibiendo su
perdón y limpieza. 2) Amar y guardar su Palabra (1ª Juan 2:4-6), pues cuando amamos la Palabra de Dios, nos
enamoramos más y más del Señor. Esta semana conoceremos los últimos dos indicadores:

TERCER INDICADOR: AMOR AL PRÓJIMO (1ª Juan 2:9-11). Cuando un creyente verdaderamente ha nacido de nuevo, Dios lo capacita para
amar aun a personas difíciles. El amor del Señor en nosotros se manifiesta con humildad, mansedumbre, tolerancia y
perdón (Colosenses 3:12-14). No podemos jactarnos de amar a Dios, si se nos ha hecho una costumbre de odiar y
andar resentidos. Leer 1ª Juan 3:14-15, y 4:20-21. Muchos cristianos no crecen espiritualmente, por haber guardado
rencor en su corazón.

Hay tres acciones concretas que nos ayudarán a perdonar: recordar cuánto nos ha perdonado el Señor a nosotros, recordar que el Dios Soberano usará TODO para nuestro bien, y orar diariamente por esa persona que nos dañó, de modo que un día les podamos servir.

CUARTO INDICADOR: DARLE LA ESPALDA AL MUNDO (1ª Juan 2:15-16). Cuando el creyente ha sido impactado por el amor de Dios, no sigue
viviendo igual. Ha muerto al mundo (Gálatas 2:20). El Señor realiza en Él un cambio de corazón, una verdadera metamorfosis, de manera que las cosas
que antes idolatraba hoy las menosprecia, y el deseo de su corazón es Cristo. El primer lugar de su vida lo tiene el Señor. Tiene un cambio de amigos, de ambiente, de prioridades, de deseos. Ya no vive afanado por cosas de este
mundo: dinero, negocios, personas, éxito, placeres.

Y ud. ¿qué tanto ha crecido en amor por el Señor? Evalúese según los cuatro indicadores de primera de Juan.

No comments:

Post a Comment