Monday, May 22, 2017

ESPERANZA EN UN MUNDO DE AFLICCIÓN



Este mundo está lleno de aflicciones y temores. De hecho, es un mundo bajo la maldición del pecado. Pero los creyentes tenemos esperanza mediante la fe en Jesucristo: “No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí.” (Juan 14:1)

(Para disfrutar mejor este blog, favor leer Juan capítulo 14:1-26 y tenerlo abierto para su referencia durante la lectura).         

Los discípulos están ante uno de los momentos más tristes y aflictivos de sus vidas. Su maestro y mesías ha anunciado claramente que va a partir de este mundo, para ir hacia su Padre. Les ha dicho que, por el momento, no le pueden seguir. Estos son hombres que durante los últimos tres años, han vivido día y noche con él; le han visto hacer milagros, han reído juntos, han llorado, han aprendido, y hoy llega el momento de la separación. Los discípulos tienen miedo y se sienten solos.

Por si fuera poco, les ha anunciado que uno de ellos le traicionará: Judas Iscariote. Ante la insistencia de Pedro que él jamás abandonaría al Señor, Jesús le anuncia: “antes que cante el gallo me negarás tres veces.” La tristeza en los discípulos es grande, sin embargo el Señor comienza a consolarlos y fortalecerlos con la Verdad de su Palabra. 

Hay 3 verdades que les recuerda, y que nos pueden animar a los cristianos cuando estamos afligidos o tristes:
1. Este mundo no es su destino final. El versículo 2 habla de una “casa del Padre” con “muchas moradas”. ¡El Señor ha preparado un lugar, una casa "no hecha de manos", una herencia "incontaminada e inmarcesible" para nosotros! Debemos recordar que las circunstancias en este mundo son temporales, y que nuestro destino final es estar en la presencia del Señor por siempre. La enfermedad es temporal. La escasez es temporal. La debilidad es temporal. Llegará el día en que el Señor vendrá y nos tomará a sí mismo (V.3). Favor Leer 1ª Tesalonicenses 4:16-18 y Apocalipsis 21:3-4. ¡Veamos al Hijo preparando lugar para nosotros!

2. Mientras llega el día, los creyentes tenemos un Padre que nos sostiene. ¡Hemos sido adoptados por el Todopoderoso! Los versículos 6 y 7 nos recuerdan que por medio de Cristo, tenemos acceso al Padre y hemos sido adoptados. No estamos en este mundo como huérfanos (v.18). Tenemos un Padre que podemos conocer (v.7-9), a quién podemos servir (v.12) y de quien podemos recibir (v.13-14). ¿Por qué afanarnos, si tenemos un Padre que conoce nuestra necesidad? (Mateo 6:31-33). ¡Nuestro Padre dará buenas dádivas a los que le piden! ¡Toda buena dádiva y regalo perfecto vienen de Él!

3. Mientras llega el día, los creyentes tenemos al Espíritu Santo. Los versículos 16-17 hablan del “consolador” (g.parakletos: abogado que aconseja, que acompaña, que intercede) que está con nosotros y mora en nosotros. El Espíritu Santo nos ha bautizado, y hoy somos su morada. El Espíritu nos enseña y recuerda la Palabra. Nos da dirección y discernimiento. Nos santifica y produce fruto en nosotros (v.26). ¡Nunca estamos solo! 

La próxima vez que sintamos tristeza, aflicción, dudas y temor, recordemos que no estamos solos: ¡El Dios de los cielos, el Altísimo, el Dios trino, eterno y poderoso está con nosotros!

Friday, May 19, 2017

CÓMO ENFRENTAR LAS INJUSTICIAS Y TRAICIONES

Para que disfrutes este blog, lee primero Juan 13:21-30. Si no tienes una Biblia, puedes leerla en línea aquí: www.biblegateway.com



Estamos ante uno de los momentos más emotivos de la vida de Jesús: está anunciando claramente ante sus discípulos la traición que recibiría de parte de uno de ellos. Su voz se quebrantó al afirmarlo (v.21). Y es que en su humanidad, nuestro maestro sufrió uno de los mas grandes dolores: el ser entregado por una persona muy querida, y hasta de su confianza. Judas era el administrador del dinero del grupo (por cierto infiel administrador, ver Juan 12:4-6), y en la mesa estaba ocupando un puesto de honor y confianza. Esto lo vemos cuando el Señor comparte el pan con él.

Las traiciones e injusticias duelen, aún más cuando están hechas por personas que amamos, cercanas a nosotros. Satanás metió sus manos en el asunto: ver Juan 13:2 y 27. Pero hay una verdad poderosa que nos ayudará a manejar las injusticias y traiciones: aun en las peores de ellas, Dios sigue teniendo el control, y sus planes siguen vigentes para nuestra vida. De hecho, Dios en su soberanía usará las traiciones e injusticias para que se cumplan sus propósitos buenos y perfectos en nuestra vida.

La peor traición, el haber entregado al hijo de Dios, ya estaba planeada desde antes de los siglos con un propósito bueno: Hechos 4:27-28. Hasta la forma cómo se identificaría a Judas (Salmos 41:9) y el precio que le pagarían al traidor (Zacarías 11:13) ya estaba escrita. Todo esto nos indica una cosa: las traiciones e injusticias que sufrimos a manos de pecadores, son permitidas por el Dios soberano, con un propósito bueno. ¡Algo bueno sacará el Señor de nuestro dolor!

Por eso, descansemos en su soberanía. Perdonemos como José perdonó a sus hermanos, al comprender que “Dios lo encaminó todo para bien” (Génesis 50:20). Los que nos dañaron, fueron solo instrumentos imperfectos en manos de un Dio perfecto. 

Por último, si nosotros somos los que traicionamos o le fallamos a alguien, ¡recibamos el perdón de Dios en Cristo! Nosotros no somos como Judas, quien no tenía esperanza por no ser verdadero creyente. Somos como Pedro, quien, a pesar de sus muchos defectos y traiciones (haber negado al hijo de Dios), creía que Jesucristo era “el Cristo, el Hijo del Dios viviente” y por ello recibió perdón, restauración y esperanza. 

JAVIER KARRAÁ 
Pastor General del Centro Familiar de Adoración
San Salvador, El Salvador, C.A.
https://www.facebook.com/pastorjavierkarraa